Muhammara o la perdición de Sergio

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Esa pasta infecta parecida a la sobrasada que veis en la foto hizo perder la cabeza a mi amigo Sergio. De hecho, tras la comida, se llevó un táper hasta arriba del mejunje. Bueno, más bien se lo endosé (a veces soy como las abuelas, que cuando detectan que a un nieto le gusta algo, no paran hasta que le salga por los ojos).

El dip en cuestión se llama Muhammara, es un entrante típico de la cocina siria y aunque tenga una pinta un poco innoble, parece ser que está bastante rica. Es una alternativa ideal para picotear en los prolegómenos de una cena de amigos, sobre todo si tienes al hummus y al tapenade de olivas más vistos que el tebeo.

Ingredientes

  • 4 pimientos rojos grandes asados
  • 200 gr de nueces peladas
  • 4 rebanadas de pan integral o pan de pueblo
  • 200 ml de zumo de granada (los de Elche lo tenemos fácil para comprarlo, por ej, los de Granavida están por todas partes)
  • 1 diente de ajo machacado
  • 2 limas
  • 1 cucharadita de guindilla seca picada en copos
  • 1 cucharadita de comino
  • Sal
  • Aceite de oliva
  • Azúcar (unos 60 gr)

Preparación

Empezaremos por la elaboración de un brebaje con el zumo de granada. Lo vertemos en un cazo y lo empezamos a cocer a fuego lento. Echamos el azúcar y casi todo el zumo de las limas (reservar un poquito para más adelante). Seguimos removiendo esporádicamente durante un buen rato, una media hora, hasta que se convierta en un sirope ligero. Retirar del fuego y dejar templar.

Mezclar en un cuenco un vasito (unos 150 o 200 ml) de esta preparación con los pimientos, el pan, la sal, la guindilla, el comino, las nueces, el ajo, el resto de zumo de lima  y un chorro generoso de aceite de oliva. Triturar con la minipimer. Tiene que quedar espesito.

Dejar reposar varias horas en la nevera. Servir a temperatura ambiente acompañado de unos panecillos pooris.

Ñam.

Panna Cotta de chocolate blanco con pistachos acompañada de salsa de mango y frambuesa

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No, no es el arroz a la cubana de tu madre. Y ya sé que se parece mucho. En realidad -atento- esto es Panna Cotta de chocolate blanco con pistachos acompañada de salsa de mango y frambuesa. ¿No te lo crees? Pues sigue leyendo.

Te preguntarás que de dónde ha salido semejante Panna Cotta. Pues bien, el otro día hicimos con los amigos una comida india. Como imaginé que después de cuatro o cinco platos especiados nadie querría un postre igualmente especiado, ideé un dulce que tuviera reminiscencias indias sin resultar cargante. Por eso elegí un postre más o menos conocidillo, la Panna Cotta con salsa de frutos rojos y la orientalicé un poco.

El resultado fue, a pesar del aspecto, sensacional. Como una coreografía bollywoodiense.

Ingredientes (para 10 personas)

Para la Panna Cotta:

  • Un litro de leche fresca entera
  • Seis tabletas de chocolate blanco (de 125 gr cada una)
  • Siete hojas de gelatina
  • Una cucharadita de esencia de vainilla
  • Dos puñados de pistachos pelados (no salados)

Para la salsa:

  • Un mango
  • Unos 200 gr de frambuesas (frescas o congeladas)
  • Azúcar

Diez flaneras pequeñas de metal

Preparación

En un cuenco grande echa las hojas de gelatina y cúbrelas con agua fría.

En un cazo grande calentamos la leche a fuego medio y vamos añadiendo el chocolate troceado. Ir removiendo con una cuchara de madera hasta que el chocolate se disuelva por completo. Lleva la mezcla casi hasta ebullición pero sin dejar que rompa a hervir, ya que esto alteraría el sabor de la leche. Apaga el fuego.

Coge con la mano las hojas de gelatina y apriétalas para escurrirlas. Mételas en el cazo con el resto de la mezcla y remueve hasta que se disuelvan. Vierte el contenido en las flaneras y echa en cada flanera un par de cucharaditas de pistachos troceados. Deja reposar al menos media hora antes de meterlas en la nevera. Protégelas de los malos olores cubriendo cada una con papel de aluminio y mételas en la nevera. Con cuatro o cinco horas ya estarán cuajadas, pero es mejor si reposan toda la noche.

El procedimiento para hacer la salsa de mango y frambuesa es como el de la mermelada. En otro cazo, echa el mango pelado y cortado a trocitos pequeños. Ponlo a fuego muy suave para que se vaya haciendo. Añade azúcar a voluntad (yo eché unas cinco cucharadas soperas) y las frambuesas. Mi recomendación es que no te pases demasiado con el azúcar porque no se trata de una mermelada sino de una salsa y se tiene que notar el sabor  ácido de los frutos rojos. Sigue removiendo a fuego lento hasta que se haya formado una papilla dulce pero no empalagosa (una media hora).

Desmolda las flaneras en un plato y echa la salsa templada por encima.