En primer lugar, perdonad el horror de foto. No estaba inspirada y me salió este trozo corcho.
Ésta receta es una versión más clásica del Banana bread, más sencilla y no tan calórica como aquélla que hice de Banana bread al estilo de Mikel y –reconozcámoslo- no tan buena. Pero es una buena opción si quieres un dulce no demasiado empalagoso para acompañar tu té. El dulzor natural de los plátanos sustituye en gran medida al azúcar (solo hemos puesto 100 gr) y es muy nutritiva.
Ingredientes
- 175 gr de harina
- 50 gr de copos de avena
- 100 gr de azúcar
- 100 gr de mantequilla a temperatura ambiente
- 1 sobre de levadura
- 1 pellizco de sal
- 100 gr de nueces troceadas
- Un poco de nata montada
- 3 plátanos muy maduros
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 2 huevos ligeramente batidos
Preparación
Precalienta el horno a 170 grados
Mezcla en un cuenco la mantequilla y el azúcar. Añade los huevos y la esencia de vainilla. En otro cuenco mezcla la harina, la sal, el azúcar y la levadura. Junta ambas mezclas y remueve hasta que esté homogéneo. Aplasta los plátanos con un tenedor y échalos a la mezcla junto con las nueces. Vierte tres o cuatro cucharadas de nata montada (yo lo hice a ojo con un bote de spray de nata montada que tenía en casa) e intégrala con movimientos envolventes.
Prepara un molde rectangular con papel de horno y vierte la masa. Aplana la superficie con una espátula. Puedes decorar con almendra picada o azúcar. Cubre el molde con papel de aluminio porque de lo contrario se quemará la superficie. Hornea durante una hora y cuarto o hasta que al insertar un palillo en la masa, éste quede limpio al extraerlo. Quita el aluminio cuando queden unos treinta minutos para que finalice el horneado.
Saca del horno y deja enfriar sobre una rejilla.