Si te declaras fan incondicional de esta pequeña cookie americana, entonces te encantará este postre. Es como una galleta Oreo, pero gigantona. Base de Oreo, topping de Oreo y crujientes Oreo en el interior. Oreo, Oreo, Oreo. A mi no me matan las galletas en sí, pero me encantan cómo funcionan como base de tarta. Prueba de ello es esta Tarta de plátano y queso con base de Oreo que hice hace ya bastante tiempo y que me rechifla
Esta receta fue el postre de la cena que sorteé hace un par de semanas. Por si os pica la curiosidad, de entrantes hice un bonito teriyaki con espárragos y unas empanadillas chinas a la plancha. De ninguno conservo material gráfico digno, por lo que no creo que haga un post al respecto. De plato fuerte me atreví con estos Vermicelli de berenjena y mango, un plato que aunque parece osado, siempre triunfa.
Ingredientes
- 800 gr de queso crema
- 200 ml de nata para montar
- 100 ml de leche entera
- 150 gr de azúcar
- El zumo de ½ limón
- 8 hojas de gelatina neutra
- 50 galletas Oreo + unas 10 para decorar
- 80 gr de mantequilla derretida
Un molde desmontable para tartas de unos 25 cm de diámetro
Preparación
En un poco de agua fría, pon a remojo las hojas de gelatina para que se hidraten.
Con una trituradora machaca las cincuenta oreo. Reserva un poco. El resto mézclalo con la mantequilla hasta que parezca arenilla. Viértelo en la base del molde y aplástalo contra la base. Refrigera para que la base se endurezca.
Calienta la leche hasta que empiece a hervir. Justo en ese momento apaga el cazo, escurre bien las hojas de gelatina y mezcla con la leche hasta que se disuelva. Añade el azúcar, el limón y el queso crema, todo poco a poco, hasta que quede bien integrado.
Bate la nata hasta que esté bien montada y ve integrándola en la masa suavemente, con movimientos envolventes y con cuidado de no batir. Saca la base de la nevera y vierte la mitad de la masa por encima. Aplana con una espátula y echa por encima varias galletas. Vierte la otra mitad y vuelve a aplanar. Refrigera durante toda la noche. En el momento de servir, espolvorea la pequeña ración de oreo machacadas que habías reservado y desmolda la tarta.